martes, 30 de noviembre de 2010

Venecia

Tellito y Victoriana
Llegamos por la noche a una comunidad campesina que se dedica principalmente al cultivo de café. Allí nos reunimos con las familias que nos alojaron y adoptaron durante un día y medio. La mitad de nosotros se fue a otra comunidad cercana llamada San Jerónimo, y yo, junto seis compañeros más, nos quedamos en Venecia. Yo me alojé en la casa de Eleuterio 'Tellito' Herrera Palacios y Victoriana.

El miércoles amaneció bastante frío. Para empezar el día, un desayuno fuerte de gallopinto (arroz con frijoles), tortilla y queso, y, cómo no, café. Mi sorpresa fue mayúscula cuando se acerca Tellito con un machete de medio metro, y me dice que ese es mi instrumento de trabajo. Después me fui al cafetal con Darwin (pronunciado Darvin), uno de los hijos de Tellito, y allí, mientras chapiábamos, me explicó todo el proceso de sembrado, cuidado, recolecta, despulpa, lavado y secado del café.

Después subimos al pinar, donde tuvimos una bella imagen del valle donde se encuentra Venecia, y recorrimos la comunidad, donde vi el lago que le da nombre y los lugares donde despulpan y lavan el café. La tarde la pasé con Silvio, el hijo mayor de Tellito, en la plantación de maíz y frijoles.
Venecia 
En la comunidad, supuestamente, todos deben tener la misma porción de tierra, aunque Tellito tenía bastante más que la mayoría, tanto de cafetal como del lugar donde vivían, lleno de flores y árboles frutales, así como de un huerto donde cultivan tomates, cebollas y repollos. Con mis hermanos pude conversar del tipo de vida que llevan en la comunidad, muy humilde y honrada, y son como una gran familia en Venecia, un lugar lleno de vida, lleno de niños que conforman un tercio de su población. Son tremendamente solidarios los unos con los otros, y como dijimos el grupo de voluntarios, esta sociedad se podría resumir en la palabra dignidad. No necesitan más de lo que tienen para ser felices, y te hace replantearte muchas cosas, sobre todo, las necesidades creadas con las que vivimos en nuestra sociedad de consumo, y el dineral que invertimos en ropas caras, ipods, macs, móviles, borracheras, regalos, cenas, etc. etc.

Al día siguiente, organizamos juegos para los niños, cantamos canciones con ellos, y la piñata. El momento de la despedida sacó lágrimas en muchos de nosotros, y un largo rato de reflexión en el autobús. Las sensaciones y sentimientos son tantos que difícilmente se pueden plasmar en un blog, casi ni contándolo. Más bien, hay que vivirlo. 

lunes, 29 de noviembre de 2010

Martes 23 de Noviembre



Madrugamos como todos los días, y preparamos la maleta para irnos de Ticuantepe hasta el domingo, ya que nos dirigimos al norte del país, concretamente a Estelí. Allí nos reunimos con un grupo de jóvenes nicaragüenses en la Factoría del Conocimiento, una asociación que trata de enseñar de forma sencilla a través de internet.
Después fuimos a una de las fábricas de puros más grandes de Nicaragua, donde pudimos conocer la elaboración paso a paso de los mismos. Digno de mención la dialéctica del guía, así como la de la gran mayoría de los nicaragüenses que nos encontramos a nuestro paso, que le permitió esquivar, sin inmutarse, nuestras preguntas sobre las condiciones laborales de los trabajadores, que no cuentan con sindicato, pero si con unas leyes internas de la empresa que los defiende estupendamente, o eso nos quieren hacer creer. Pero bueno, nos invitó a un puro a cada uno y aquí no ha pasado nada.
Fábrica de puros
Tras esta visita volvimos al autobús y nos dirigimos hacia una comunidad campesina en el municipio de Condega.

Lunes 22 de Noviembre


Viajar en el autobús es una de las formas más eficaces de conocer la imagen de un país, sobre todo si junto a las carreteras hay tanta vitalidad como en Nicaragua. Las casas de la gente, sus medios de subsistencia como la ganadería en los arcenes, los medios de transporte, la publicidad y la propaganda, etc. Destaca la cantidad de carteles de apoyo al FSLN (Frente Sandinista de Liberación Popular), en las paradas de autobuses, en los carteles publicitarios, en las fachadas de las casas (En las canciones... ¡Cantan al presidente del país! ¿Se imaginan en España canciones a favor de Aznar o Zapatero?). Comprensible después de escuchar al profesor de la UNAN Manuel Moncada Fonseca en la conferencia que nos dio sobre la historia de Nicaragua. Es un pueblo tremendamente luchador, que ha vivido muchos años oprimido por dictaduras y por intereses internacionales, que se levanta contra estas injusticias. Esto permite entender el odio (sí, odio) hacia el capitalismo de los Estados Unidos, sus estrategias y representantes políticos.
También desde el autobús podemos observar la geografía nicaragüense, y contemplar ciertos aspectos de los que nos habló la profesora Isabel Benavides en la conferencia sobre la geografía de Nicaragua. Las formaciones volcánicas, los sistemas montañosos, el agua, que es tan abundante que hace que la flora y la fauna también lo sea (hay una cantidad inmensa de especies diferentes, tanto de plantas y flores como de animales), aunque para disfrutarlo realmente hay que adentrarse en la selva o subir a las montañas, como en la ruta que hicimos en el volcán Mombacho (reitero que vimos perezosos) o cuando fuimos a ver una colonia de 700 agapurnnis, (que no pudimos disfrutar porque llegamos tarde y se nos hizo de noche ¬¬ )
Por la tarde visitamos unas cooperativas, que se dedican al cultivo de la piña y a la ganadería. Estas asociaciones son posibles gracias a unos bonos del estado que fueron otorgados a algunas personas, menos favorecidas por su situación económica y con posesión de un terreno para las plantaciones. Mucha gente vive de esto, familias que deben administrar los bonos inteligentemente, ya que si les regalan una vaca, deben trabajar para que esa vaca les de terneros, en vez de comérsela y esperar a que el estado les conceda otra tiempo después.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Nicaragua, al fin.

Ya hemos pasado nuestro primer día en Nicaragua, y las impresiones son variadas. El viaje, tremendamente largo, fue bastante duro, pero la ilusión y las ganas de llegar a nuestro destino lo hicieron soportable. Desde la salida de Badajoz, hasta la llegada al Centro de Formación de Ticuantepe, pasaron alrededor de 50 horas, muchas en Barajas, medio día en el avión, y una noche en San José, Costa Rica.


La llegada anoche al centro no pudo ser mejor. Una cena típica nicaragüense y una actuación de un grupo de mariachis, que animaron bastante la velada, acompañado de ron Flor de Caña, del que nos habían hablado mucho y bien, y dimos buena cuenta de él.

El programa para hoy ha sido más relajado de lo que va a ser el resto de nuestra estancia en Nicaragua. Hemos subido al volcán Mombacho, un lugar de vegetación muy espesa y mucha humedad, acrecentada por la lluvia que nos acompañó durante una parte del trayecto, lluvia que no pareció molestar a los perezosos y a los monos que pudimos ver en su hábitat natural.


Tras bajar del volcán, dimos un paseo en barco por los islotes del lago Cocibolca, donde hay viviendas, un día habitadas por familias de pescadores, ahora como casas de verano de personas con mayor nivel adquisitivo. Una pena que el día estuviera tan nublado, ya que podríamos haber disfrutado de los intensos verdes de los árboles y del azul del lago, así como del volcán Mombacho de fondo.


Al anochecer, dimos un paseo por la ciudad de Granada, un lugar con bastante vida, con muchos vendedores ambulantes, que insisten con fervor en entablar negocios contigo, porque realmente no tienen para comer. Al acercarnos a ver la catedral de Granada, tuvimos una imagen de gran contraste: por un lado los fieles reunidos en la misa, mientras que en la plaza había un concierto en el que cantaban canciones en pro de la revolución. Esto da una fiel imagen del espíritu del pueblo nicaragüense: católico y revolucionario, más compatible de lo que a primera vista puede parecer.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Y comienza la aventura...

...a escasos 35 minutos de coger el autobus rumbo al aeropuerto de Barajas. Mañana a las 12 de la mañana sale nuestro vuelo dirección Costa Rica. 13 horas es lo que tardaremos en cruzar el óceano Atlántico. Una vez en San José, descansaremos del viaje y pasaremos allí la noche. Al día siguiente, sábado, nos montaremos en un autobús que nos llevará desde la capital de Costa Rica hasta el centro de Aupex en Ticuantepe, nuestro hogar durante el próximo mes. Desde allí será mi próxima entrada. I'll see you on the otherside!